Pedro Racionero

Los espacios construidos modifican nuestras emociones y nuestras rutinas. Reconocer el valor diferencial de cada usuario y trasladarlo a un universo visual —reconocible, coherente y tangible— es el punto de partida de cada uno de mis proyectos.

Tras cerca de quince años de experiencia en diseño y gestión dentro del ámbito del marketing, la publicidad y la arquitectura para compañías como UNICEF, Devota & Lomba o El Ganso; he aprendido a entender el diseño como una herramienta que conecta propósito, material y emoción.

Defiendo la importancia de atender a las sensaciones que provocan los materiales que nos rodean, los espacios que habitamos y los objetivos que nos mueven. Esa misma filosofía guía también mi trabajo en otras disciplinas creativas, desde el diseño gráfico hasta el diseño web.